Este año ha sido duro para los devotos marianos y amantes del mundo del caballo después de la suspensión de la Romería de la Virgen de la Cabeza, que se ha celebrado casi ininterrumpidamente durante 800 años.

Cualquier excusa es buena para volver al camino con aires de abril y el pasado fin de semana la enigmática luz de la luna llena ha guiado a gran cantidad de aficionados del mundo del caballo en su peregrinación a la Basílica y Real Santuario de la Virgen de la Cabeza. Con los botos bien ceñidos, medalla colgada, alforjas llenas y la ilusión guardada durante todo el confinamiento, este sábado se vivió un extraordinario ambiente por el camino viejo de herradura. Esta peregrinación bajo la luna llena se está convirtiendo en una especie de tradición pues cada luna llena se reúnen peregrinos a caballo en una especie de convocatoria que no está organizada por nadie más que por la ilusión.

El camino viejo además de atraer a la peregrinación es una ruta preciosa para aquellos amantes del senderismo, aunque verano no sea el mejor momento para practicar esta actividad pero podría aprovecharse las temperaturas de la madrugada para realizarla y observar las estrellas, recordemos que tenemos uno de los cielos más limpios de Europa.

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